El viernes 2 de noviembre de 2007, una gran persona, un gran artista dejó las tablas de éste mundo para pasar a las del cielo.
Para los que no lo conocieron, Alejandro Musante significó para todos nosotros un compañero fantástico, lleno de humor, de anécdotas, un compañero en todos los sentidos, que sabía contener y poyar al grupo siempre que lo necesitara. En definitiva, era imposible no quererlo, su fuerza y sus ganas de vivir lo caracterizaban y hacían de él un a persona de la cual todos queríamos aprender. Un ejemplo claro de eso fue cuando el día 7 de octubre, a pesar de su estado de salud, él subió al escenario para representar la obra “Remedios y José, una historia de amor…”, y lo hizo con la misma energía y entusiasmo de siempre.
No alcanzarían las palabras para agradecerte, Ale querido, cuanto nos diste. Es por eso que siempre pero siempre te vamos a recordar de la mejor manera, tu espíritu sigue vivo en la “Décima parte”, nos das pilas para seguir adelante y saber que nunca es tarde para volver a empezar, para saber que frente a cualquier adversidad hay que seguir luchando, hay que seguir desparramando un poquito de arte aquí y allá, y aunque nos pese…hay que mirar para adelante y decir: ¡Que siga la función!
Si, aunque vos desde arriba nos digas: ¿¡Pero porque no se dejan de joder, che!?
Con todo el cariño del mundo
tus amigos de:
“La Décima parte”
